La escarcha vestirá de blanco la virginidad de Artemisa.
Durante cien parpadeos el relente y sus cuarzos
gobernarán el silencio de la mañana,
encriptando en gotas de agua la sed de ahorcar los hábitos.
Una corona de aljófares cubrirá su cabeza
mientras un coro de ninfas anunciará la metamorfosis de la carne.
Será el invierno y la luna limpia quien proteja su desnudez,
quien oculte en una gran burbuja el olor a celo que sale de las cantinas.
El viento del norte traerá estrellas a esta amanecida.
Nada derretirá a la helada esta mañana.
¡Que las uvas de hielo nos traigan hogueras de brasas!