sábado, 30 de noviembre de 2013

EL HOGAR DE LAS PALABRAS










¿Dónde duermen las palabras
mientras el ciclo de la vida
gotea su misterio?
Me gusta pensar que descansan en mi cerezo.
por tanto cambiando están ya su piel.
Cada hoja y su envés sostienen una palabra,
las más viejas a punto de caer,
son las más usadas por la humanidad.
Las de las copas más cerca del sol, más tiernas
resisten palabras de perdón y juegos de amor.
En unos días el viento las barrerá
en montones en retahíla de color
como reliquias de reflexiones
libres en remolinos sin puerto.
Algún libro las acogerá, las abrigará
en su ritmo silencioso para crear una nueva vida,
para aliviar alguna soledad demasiado aislada.






lunes, 18 de noviembre de 2013

PIEL DE NARANJA











Esta vez no pondré nombre a mi gallo,
serán los días y la espera
junto a los bulbos escondidos
los que apoden una nueva reputación.

Blanco y negro perfuma su cuello
con tierra ya reposada por los años,
en busca de larvas  y aceitunas
enterradas bajo surcos de secretos.

Mira al cielo de palomas alborotadas
cegado por el espíritu de gotas evaporadas
echando de menos el calor que antes
le daba una celda de alas segadas.

La libertad le deja frías sus patas
forradas de piel de naranja,
la libertad todavía le pesa en sus aladas.
Su espolón le enseñará las tácticas
ante el temor por fantasmas de escarchas.


  



miércoles, 13 de noviembre de 2013

DE PROFESIÓN : CANASTERO




                                                                                                                                     Foto: Andrés Salas





La libertad de la caña


Mi cesta de cañas no sabe de jaulas
ni arrestos domiciliarios
sino de soplos de parábolas
 y arcos en el espacio.

Antes de dividir su aura
 toca música de flautas
que rompe el eco
que vive en sus entrañas.

 Huele a manos recién lavadas
 y como el fuego,
 cruje sus ascuas
 entre martinetes de fraguas.

¿Sabes que se pone contenta
 si trenzas sus venas largas?
tatuando cruces y estrellas, si miras
al trasluz de su alma.







lunes, 4 de noviembre de 2013

HACIA CORK CON AMOR








Y en diciembre quizás te vea
vestida de tréboles verdes,
con violines y avellanas brotando de tu pelo
que ahora, sí es feliz
en la senda que ve nacer el viento.

La llama de Irlanda
ya calienta tus lágrimas de luz  
llenas están tus manos de castillos
dioses y espuma de mar.

En ti acaricio los sueños que tuve un día,
en tu recodo conservo aún el calor
para que vuelva el petirrojo
con el que festejaremos tu regreso.

Toco madera para que resuene la brisa
 de aquella tarde en el río,
aprieto mis ídolos
implorando al sol que caliente tu cara.